viernes, 7 de junio de 2013

El bosque de Gir

 ¡Hola!

Ya, lo sé… He estado desaparecida unas semanas… La verdad es que entre que he tenido poco tiempo libre y que, cuando tengo un rato, estoy agotada, no he podido ponerme a escribir antes. Pero tranquis, ¡que no pienso desaparecer de todo!

Hoy voy a hablaros sobre mi segundo viaje en la India. A finales de mayo, fuimos a Gir National Park, un parque nacional que es el hogar del león asiático, la atracción principal de los safaris en la zona. Decidimos ir ahora por varias razones: sólo nos hizo falta un viaje de unas 6 horas (eso aquí es prácticamente a la vuelta de la esquina), porque se encuentra en Guyarat, así que sólo nos hizo falta un fin de semana; y parece que se van a llevar a algunos de los leones, con lo que habrá menos en el futuro y serán más difíciles de ver. Al parecer, como están en peligro de extinción, el Tribunal Supremo de la India ha decidido que tienen que compartir algunos y llevarlos a otras regiones, para que, si hay un fuego, una epidemia o lo que sea, no desaparezcan.

Así que nada, salimos un sábado por la noche y nos volvimos la madrugada entre el lunes y el martes. Tuvimos que ir hasta una parada de bus, donde cogimos un mini-bus en el que casi ni cabíamos para que nos llevaran al que iba a Junagadh. El viaje duraba unas seis horas, y cuando llegamos, teníamos un coche que nos venía a buscar para llevarnos al parque nacional, a una hora de distancia. Llegamos allí sobre las siete y tuvimos la mañana para descansar. El sitio era genial. Nuestra casa/habitación estaba en medio de un campo de mangos, con una tranquilidad…

Nuestra casa/habitación.
El campo de mangos que nos rodeaba.
Mangos.


A las tres de la tarde tuvimos nuestro primer safari. Nuestro guía era muy amable y hablaba inglés… bueno…. algo de inglés… ;) Vimos bastantes aves, como águilas, búhos, etc. (tienen más de 300 especies), ciervos (que parecen Bambi todos, más monos…), pavos reales y, por supuesto, ¡leones! Bueno, los pobres estaban durmiendo, que con este calor… También hicimos un safari el segundo día, en el que vimos un leopardo, lo que es bastante impresionante, porque parece que son muy tímidos. No tenemos fotos porque los vimos caminando entre los árboles, un poco a lo lejos, pero fue muy emocionante. Y este día, en el que el safari fue a las 6 de la mañana, también vimos leones, y de mucho más cerca. Son una pareja joven que estaba durmiendo a la sombra, cerca de un caño para beber cuando tengan sed. Os dejo unas fotitos para que os hagáis una idea.
Un águila.
Un pavo real. En verdad, hay muchos por aquí,
ya que es un ave autóctona.
Un pajarillo azul. No me preguntéis el nombre...
Unos ciervos preguntándose quiénes son esos del jeep que
les hacen fotos.
Un ciervo macho.
Un león durmiendo.
Un termitero.
Otra lechuza. Estaba bastante lejos y era difícil de ver. Afortunadamente, los guías tienen práctica y saben dónde
se meten, más o menos.
No recuerdo el nombre de este animal, pero me hicieron gracia
sus patas, porque parece que lleva calcetines.
Un par de coyotes.
Un grupo de jabalíes. Aquí habría unos 20.
Más fauna.
Ciervos bebiendo agua.
Una huella de león. Salen a cazar por la mañana,
así que este no andaría muy lejos.
Los leones durmiendo a la sombra.
Uno de los leones.
Una lechuza (creo).

Yo, en la parte de atrás del jeep.
En el jeep nos separamos dos delante y uno detrás. Yo iba detrás (porque tenía menos problemas para oír al guía) y bastante a gusto… hasta que el primer día nos dimos cuenta de que eran las 6 de la tarde, hora de cerrar el parque… y tuvimos que ir a toda leche. Yo creía que salía volando y acababa como cena de los leones. Bueno, estoy exagerando un poco, la verdad es que me gustó, ¡era como una montaña rusa! ;) Y a todo esto (nota para frikis filólogos), yo pensando en Francis Macomber… J

Como los safaris duran unas tres horas, el resto del tiempo lo tuvimos para descansar, que buena falta nos hacía. Leer, pasear entre los mangos, comer mangos que se caían a nuestra vera para que los disfrutáramos a la sombra… Además, la gente que trabajaba allí era súper amable y la comida… En España lo llamamos comida india… ;) ¡Qué rica! Cinco o seis platos para elegir (bueno, nosotros probábamos de todo un poco), rotis, postre… Y todo vegetariano. Excepto un día, que cocinaron un plato con carne, y la verdad es que nos disgustamos un poco, porque pensamos que lo hicieron por nosotros, los extranjeros (tened en cuenta que aquí lo normal es ser vegetariano).
Aquí es donde comíamos. Bonita vista, ¿verdad?
Más mangos.
Esta pared es lo único que nos separaba de los leones.

Una hormiga gigante. Éstas se ven por todos lados, en verdad.
Y eso es más o menos todo. Al igual que en otras ocasiones, algunos detalles irán incluidos en próximas entradas. Os dejo por hoy. Espero no tardar tanto en publicar de nuevo, pero no puedo prometer nada, porque no tengo mucho tiempo. Aun así, ¡no me olvidéis! J

Un mango que casi parece un árbol de navidad.








2 comentarios:

  1. ¡Muy bien, como siempre! :D La verdad es que me están entrando ganas de ir a la India!!

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